Realizar un lavado de raíces es una expresión muy común entre cultivadores, especialmente en momentos en los que por una razón u otra se precisa liberar a la planta de acumulaciones de minerales en el sustrato. Se entiende por lavado de raíces el proceso en el que se realiza uno, o varios riegos abundantes de agua sola (sin nutrientes) para lograr reducir la cantidad de fertilizante acumulado en el sustrato.


¿Qué es un lavado de raíces?

Se entiende por lavado de raíces el proceso por el cual se procede a reducir la cantidad de sales acumulada en el sustrato. Este proceso puede llevarse a cabo por una acumulación de sales debida al uso intensivo de fertilizantes, debido a la detección de un exceso de nutrientes en la dieta de las plantas, para la prevención de acumulaciones de abonos en el sustrato, o para realizar el proceso de lavado de las plantas al final del cultivo (proceso en el cual se requiere que el sustrato no contenga fertilizantes y así las plantas reduzcan su contenido en fertilizantes, cosa que mejora el sabor de la cosecha).

hacer un lavado de raices

¿Cómo hacer un buen lavado del sistema radicular?

Existen múltiples formas para hacer un buen lavado de raíces:

- La más común suele ser realizar un riego con 5-10 veces la cantidad de litros de la maceta (ejemplo: maceta de 3 litros: 15-30 litros de agua). A lo largo de este riego veremos como el agua que sale por el drenaje de las macetas pasa de un color oscuro a un color más transparente, indicativo que se han arrastrado la mayoría de nutrientes. Esta fórmula es especialmente buena si estamos realizando el lavado previo a la cosecha, ya que una vez realizado este riego intenso, sólo nos quedará esperar 10 días (con los consiguientes riegos de agua sin fertilizante) para poder cosechar. Lo mejor de esta técnica es la reducción de los días necesarios para poder recolectar las plantas, gracias a la aceleración del proceso que supone liberar al sustrato de la mayoría de los nutrientes acumulados.

- Si no tenemos prisa, otra fórmula para realizar el lavado de raíces es proceder a los riegos necesarios con agua sin fertilizantes ni aditivos (la cantidad normal en cada riego), hasta que veamos que las plantas empiezan a amarillear sus hojas (síntoma que los nutrientes en el sustrato ya se han consumido, y la planta empieza a cubrir sus necesidades consumiendo los acumulados en las hojas). Este método es el más natural de todos, y el preferido por cultivadores no-comerciales, ya que el proceso se realiza de forma progresiva y sin estrés alguno para las plantas 8además de suponer un ahorro considerable en el consumo de agua, lo que supone un alivio para nuestro bolsillo y para el planeta).

- El tercer método es utilizando agentes quelantes que se encargan de atraer a metales pesados. (la función principal de los agentes quelantes es evitar la toxicidad de los metales pesados para los seres vivos). Estos agentes quelantes forman complejos con iones de metales pesados, lo que ayuda a liberar el sustrato de éstos, y por tanto acelera el proceso de lavado. Existen productos de gran calidad que pueden realizar este trabajo de una forma rápida, especialmente interesantes para aquellos cultivadores "con prisa por cosechar" y para aquellos cultivadores que utilizan sistemas hidropónicos. Entre los distintos productos podemos destacar los beneficios de CannaFlush de Canna, Final Flush de Grotek o Flora Kleen de General Hydroponics.

* En cualquier caso es importante destacar que si la misión de este proceso es limpiar el sustrato de acumulaciones de fertilizante, en ningún caso debería utilizarse agua del grifo, ya que este agua contiene minerales (en mayor o menor cantidad dependiendo de la zona y procedencia). Si queremos hacer un lavado de raíces correctamente lo importante es utilizar agua osmotizada, o desmineralizada (destilada). Este tipo de agua nos asegura que al no contener minerales, favorecerá la desmineralización del sustrato.

Lavado de raíces

Planta de marihuana en proceso de lavado de raíces.

¿Y las enzimas? ¿Pueden ser de ayuda?

Las enzimas son moléculas de naturaleza proteica que se encargan de catalizar reacciones químicas, siempre que sea posible. En el caso de las enzimas utilizadas para el cultivo de marihuana, su función principal es descomponer raíces muertas, evitando así la proliferación de hongos fitopatógenos (que pudieran competir por el alimento). Las enzimas también pueden ayudar a promover el crecimiento de las plantas, ya que los azúcares resultantes tras el uso de enzimas sirven de alimento a bacterias beneficiosas como los hongos tricoderma.

Algunos cultivadores suelen utilizar enzimas para el proceso de lavado de las raíces al final de la cosecha. Este es un punto bastante discutible, ya que los procesos que ocurren en ese tipo de lavado no se aceleran por utilizar enzimas, lo que nos lleva a afirmar que el uso de enzimas durante el lavado de raíces previo a cosecha es un gasto inútil.
Por contra dónde sí son eficientes y altamente recomendables las enzimas es durante el ciclo de vida de las plantas, ya que favorecen una mejor salud del sistema radicular, lo que nos proporcionará mejor y mayor cosecha.

* Importante: No utilizar nunca enzimas en combinación con agua oxigenada (H2O2), ya que ésta genera radicales libres que afectan a las proteínas desnaturalizándolas.

¿Qué puedo hacer para evitar acumulaciones en el sustrato?

La respuesta es sencilla, la mejor forma de prevenir acumulaciones de fertilizante en el sustrato es controlando la EC del agua que utilizamos para el riego. Los medidores de EC son una herramienta indispensable si queremos saber la cantidad de nutrientes que les damos a las plantas. Aunque muchas de las marcas de fertilizantes ofrecen tablas de cultivo, habitualmente seguir las dosificaciones de éstas acaba derivando en un exceso de sales (EC alta) de la solución nutriente. Si queremos estar seguros que nuestras plantas estarán bien, lo mejor que podemos hacer es revisar la electroconductividad del agua antes de cada riego. Dicho esto, otro punto importante es seguir una lógica en la aplicación de los fertilizantes: No come lo mismo una planta adulta, con un tamaño considerable, que una planta recién germinada, de la misma forma que no precisa la misma cantidad de abono de floración al inicio que a medio ciclo, que a final de floración. El mejor consejo es siempre ir de menos a mas, subiendo la dosis poco a poco de forma gradual (semanalmente).

*En algunas zonas dónde el agua de partida ya trae muchos minerales disueltos (no sólo es cloro lo que lleva el agua), es muy recomendable utilizar filtros de osmosis. Partir de un agua osmotizada nos garantiza que las plantas sólo beberán aquello que nosotros le añadamos al agua, evitando así bloqueos por acumulación de minerales, carencias, y toxicidades derivadas de un agua de mala calidad.

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Preguntas Frecuentes (FAQs) sobre el Lavado de Raíces en Cultivo de Marihuana

1- ¿Qué es un lavado de raíces y cuándo debería realizarlo?

El lavado de raíces es un proceso que se lleva a cabo para eliminar las acumulaciones de minerales y fertilizantes en el sustrato de las plantas de marihuana. Este procedimiento es esencial cuando se detecta un exceso de nutrientes, o antes de la cosecha para asegurar que el sustrato esté libre de fertilizantes, mejorando así el sabor de la planta. Se recomienda realizarlo periódicamente, especialmente antes de finalizar el cultivo.

2- ¿Cuál es la mejor técnica para realizar un lavado de raíces efectivo?

Una técnica efectiva es regar la planta con 5-10 veces la cantidad de litros de la capacidad de la maceta con agua desmineralizada. Esto permite un riego intensivo que ayuda a arrastrar los nutrientes acumulados fuera del sustrato, notándose en el cambio de color del agua que drena de la maceta. Es importante esperar unos 10 días después de este procedimiento antes de cosechar, regando solo con agua sin fertilizantes.

3- ¿Por qué es importante evitar el agua del grifo en el lavado de raíces?

El uso de agua del grifo durante el lavado de raíces no es recomendable porque esta agua contiene minerales que pueden afectar el proceso de limpieza del sustrato. Para un lavado eficaz, es crucial utilizar agua osmotizada o desmineralizada, ya que no contiene minerales y facilita la eliminación de acumulaciones no deseadas en el sustrato, garantizando que las plantas sólo absorban los nutrientes que se les añade explícitamente.

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